Presidente Toledo apresado en EE.UU.

Artículo publicado en la revista especializada Imagen y Comunicación Edición Nº81 – Setiembre 2019 (página 5)

Un repaso por su imagen pública

Perú hoy, enfrenta una crisis político e institucional debido a la pugno entre la oposición y el gobierno de Martín Vizcarra, quien pidió adelantar las elecciones generales al 2020, a través de uno reforma constitucional que implicaría el recorte del mandato congresal y presidencial. Transcurridos dos meses de la iniciativa del mandatorio, con fecho 26 de setiembre, la Comisión de Constitución mediante votación envió al archivo dicho pedido que contaba con un respaldo del 75% de la población, situación que motivó nuevas controversias entre ambos poderes del Estado.

El correlato de los últimos veinte años de lo historia política peruana deja como saldo a cuatro gobernantes detenidos: Fujimori, Toledo, Humala y Kuczynski, sin dejar de mencionar o García Perez, quien se suicidó ante la inminencia de su detención. En este contexto de presidentes acusados por diversos delitos, entre ellos de corrupción, el expresidente Alejandro Toledo no logró la libertad condicional en Estados Unidos lo que motiva a analizar su caso y el resultado de sus acciones públicas.

La conocida frase, «Es central saber disfrazar bien las cosas y ser maestro en el fingimiento» acuñada por el padre de la ciencia política moderna, Nicolás Maquiavelo, es la que mejor describe el accionar de la vida pública del expresidente Alejandro Toledo Manrique, hoy tras las rejas en Estados Unidos con un proceso de extradición que busca regresarlo al Perú para hacer frente a las denuncias por el delito de corrupción al haber recibido durante su gobierno casi 35 millones de dólares de soborno por parte de la empresa constructura brasilera Odebrecht, a quien se le adjudicó la construcción de la carretera interoceánica que conecta Brasil y Perú, según declaraciones de Josep Maiman, empresario amigo de Toledo al ser interrogado en Tel – Aviv por el equipo especial Lava Jato representados por los fiscales peruanos Rafael Vela y Domingo Pérez.

Frente a la contundencia de los cargos que pesan sobre el expresidente Toledo, una rápida revisión de los mensajes y acciones durante su vida pública nos permite entender el resultado de su imagen y reputación ganada.

Apareció en la escena política peruana previo a las elecciones de 1995, en las que participó con su agrupación política Perú Posible ubicándose finalmente en el cuarto lugar. A partir de ese momento se convierte en una figura pública que saca provecho de sus orígenes como descendiente de un hogar de indígenas que tuvo dieciséis hijos, se jactaba de haber vivido en pobreza extrema, de haber trabajado como limpiabotas y que gracias a una beca logró estudiar en la Universidad de San Francisco en Estados Unidos. Se convirtió en «el cholo» (indígena adaptado a las costumbres occidentales) con el que gran parte de la población peruana se identificaba.

La fragilidad de su imagen pública

En 1998, Alejandro Toledo y su esposa, Eliane Karp, denunciaron que «el cholo» había sido secuestrado, encerrado y drogado para ser fotografiado de manera comprometedora, que se había utilizado ilegalmente su tarjeta de crédito en un conocido drugstore y en diversos hoteles de la ciudad. Posteriormente, los empleados de los hoteles y la administradora de la farmacia dieron sus testimonios a los medios de comunicación indicando que las compras sobrepasaban los 14,000 soles y todas las boletas de pago tenían la firma de Toledo.

El episodio concluyó con el personaje en una clínica local donde obtuvieron una muestra de su sangre para un análisis, los resultados arrojaron que había consumido cocaína. A esto se sumó la comprobación que no existió tal secuestro, sino que Toledo se fue de parranda con prostitutas con las que circuló por diversos hoteles de la ciudad durante varios días. Revisar estos temas después de 20 años, no hace más que contraponernos con la situación actual, otra hubiera sido la historia de Toledo si en ese momento hubiera existido Internet y las redes sociales que tienen hoy la fuerza para desenmascarar cualquier coartada de los personajes públicos.

Frente a la contundencia de los cargos que pesan sobre el expresidente Toledo, una rápida revisión de los mensajes y acciones durante su vida pública nos permite entender el resultado de su imagen y reputación ganada.

En el 2001, en una coyuntura en el que se desmorona el gobierno de Alberto Fujimori por la difusión de los «vladivideos», que mostraban los pagos en efectivo por parte del asesor presidencial a diversos personajes públicos y empresarios, Alejandro Toledo se convierte en el representante de la democracia y la «honestidad» por lo que alcanza los votos necesarios que lo llevan a la presidencia de la República del Perú.

El «cholo de Harvard», como se hacía llamar, encarnó la resistencia democrática al dirigir la marcha de los 4 suyos en contra de la tercera elección consecutiva de Alberto Fujimori como presidente del Perú. La llegada de Alejandro Toledo estuvo marcada por la creación de un mensaje dirigido específicamente a la gran mayoría de los peruanos, en el que utilizó el simbolismo indígena y agradeció a los Apus (espíritus de las montañas que dan protección a los hijos del pueblo Inca) relacionando así la cosmovisión andina del pasado Inca con su persona. Se convirtió entonces en la encarnación del indio que se alzaba frente a la cultura occidental europea.

Apareció en la escena política peruana previo a las elecciones de 1995, en las que participó con su agrupación política Perú Posible ubicándose finalmente en el cuarto lugar. A partir de ese momento se convierte en una figura pública que saca provecho de sus orígenes como descendiente de un hogar de indígenas que tuvo dieciséis hijos…

Posteriormente, se conoció, por la propia universidad, que el «cholo de Harvard» nunca cursó sus estudios de pregrado en la Universidad de Harvard. Hecho que se ratificó posteriormente en 2012 cuando la asociación de alumnos del Instituto de Harvard para el Desarrollo Internacional aclaró que el expresidente había sido becario no de la universidad sino del Instituto en la década de 1990.

La paternidad negada

Pero uno de los hechos que más desgastó la imagen expectante con la que asumió el gobierno de Alejandro Toledo fue el escándalo mediático que enfrentó al poco tiempo de iniciar su mandato, por la recurrente negativa a reconocer a la joven Zaraí Toledo Orozco como su hija. Desde 1989, Lucrecia Orozco madre de la joven de 14 años, había solicitado a través de la vía judicial el reconocimiento de la menor. Toledo aseguraba que podía demostrar que no era padre de la menor, pero no accedía a someterse a la prueba de ADN. En el año 2002 luego de la incesante presión mediática y su vertigionosa caída en las encuestas, aceptó en presencia del monseñor Luis Bambarén reconocer a la joven como su hija, sin someterse a la prueba de ADN.

El caso de la paternidad negada por Alejandro Toledo resquebrajó el vínculo que había construido con buena parte de la población que en inició lo respaldó, pero que luego se transformó en pérdida de credibilidad y confianza frente a la detallada exposición de los hechos.

Sospechosas adquisiciones inmobiliarias

Durante el año 2013, Toledo tuvo que dar una explicación a la opinión pública sobre las adquisiciones inmobiliarias hechas a nombre de su suegra, Eva Fernenbug. Fueron varias las versiones que se dieron sobre el inmueble de Las Casuarinas valorizado en 4 millones de dólares y una oficina en la Torre Omega, en Surco, con un costo de 882,000 mil dólares. Toledo dijo que la madre de Eliane Karp, de 86 años, compró los inmuebles con sus ahorros y con una indemnización que recibió del gobierno alemán por ser víctima del Holocausto. Algún tiempo después, el expresidente cambio su versión frente a la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República, bajo el argumento que «no conocía las finanzas de su suegra».

Luego, se conocería la existencia de la compañía Ecoteva Consulting Group en la que estaban involucrados el empresario Josef Maiman y su suegra, Toledo sostuvo que los dos eran amigos cercanos y decidieron hacer juntos inversiones en el Perú para luego alquilar las propiedades. Finalmente, Toledo volvería a cambiar su versión sosteniendo que el dueño de las propiedades era Josef Maiman y que el dinero utilizado era de procedencia limpia.

A partir de 2017 el expresidente Toledo fue acusado por lavado de activos por estar involucrado con el escándalo de la constructora brasilera Odebrecht, luego de que su representante en el Perú Jorge Barata, declarara haberle entregado más de 30 millones de dólares. A partir de ese momento Alejandro Toledo ha sido criticado duramente a través de las redes sociales con memes y reaciones en el hashtag #LlegotuhoraToledo, el cual se convirtió en tendencia con mucha rapidez.

El caso de La paternidad negada por Alejandro Toledo desquebrajó el vínculo que había construido con buena parte de la población que en inició lo respaldó, pero que luego se transformó en pérdida de credibilidad y confianza frente a la detallada exposición de los hechos.

Detenido en estado de ebriedad

En marzo del presente año, Alejandro Toledo resultó detenido por estar en estado de ebriedad en un local público al sur de San Francisco, la portavoz de la oficina del sheriff del condado de San Mateo confirmó que Toledo Manrique sí estuvo bajo custodia toda la noche del domingo y fue liberado el lunes en la mañana. El expresidente, fiel a su estilo, en contacto telefónico con medios de comunicación peruanos, negó tajantemente haber sido detenido. «Estoy en mi casa, con mi señora, tratando de comunicarme con Europa». A estas declaraciones se sumaron las de la cancillería quien confirmó oficialmente que el ex mandatario estuvo detenido.

En proceso de extradición

Finalmente, el 16 de julio último se anunció la detención de Alejandro Toledo en Estados Unidos en cumplimiento del mandato de extradición solicitado por el gobierno peruano, este hecho generó el pronunciamiento del presidente Martín Vizcarra, quien dijo que espera que la extradición se cumpla en el menor plazo posible. La reacción de los internautas en las redes sociales se convirtió en noticia de inmediato. Memes como: «Te convertiste en aquello que juraste destruir» o hashtag: se le acabo la juerga a #Toledo, #cayó el cholo, son solo algunos de los muchos que inundaron las redes sociales.

Hasta el momento, el juez de California, Thomas S. Hixson, a cargo del proceso de extradición se ha negado al pedido que ha hecho la defensa del expresidente de permitirle que enfrente el proceso en libertad bajo fianza, aduciendo que existe «riesgo de fuga». La pareja Toledo Karp que se ha declarado «insolvente» y ha solicitado un defensor de oficio, no ha podido explicar cómo paga la renta mensual de US$6,400 por la lujosa residencia en la que vive hace dos años, ubicada en la exclusiva zona de Menlo Park, California. Esto sumado a que en el momento de su arresto se le encontraron U$40,000 dólares en efectivo, lo que configura para la fiscalía un claro peligro de fuga.

Durante la audiencia, Eliane Karp, esposa del expresidente contestaba con insultos en inglés y francés a los alegatos de las fiscales a las que llamó «brujas». Ubicada en primera fila, les dijo «shhhiiit (mierda)» «¡Ustedes serán moralmente responsables por su muerte!». La seguridad de la sala tuvo que retirarla del recinto a rastras, mientras ella gritaba ¡No voy a irme! ¡No voy a irme!.

El expresidente, fiel a su estilo, en contacto telefónico con medios de comunicación peruanos, negó tajantemente haber sido detenido. «Estoy en mi casa, con mi señora, tratando de comunicarme con Europa».

Sin duda, las acusaciones de corrupción han colocado a Toledo frente a un túnel sin salida. La justicia norteamericana ha encontrado elementos suficientes para mantenerlo en prisión. Las mentiras y acciones que el exmandatario de Perú tejió a lo largo de su vida pública hoy le pasan la factura y solo él es responsable de su deteriorada imagen y destruida reputación resultado de su comportamiento reflejado en malas prácticas producto de una crisis de valores morales que lo sumergieron en lo que hoy es: un expresidente apresado en los Estados Unidos de América.

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